Actualmente,
en nuestro país diversos son los motivos que conllevan a que los
jóvenes se involucren en actos de violencia, delitos y consumos de
sustancias ilícitas. La falta de alternativas y oportunidades, aunado al
difícil contexto en zonas de alta vulnerabilidad social y delictiva,
han hecho que los jóvenes, cada vez en edades más tempranas, sean
partícipes de conductas violentas, grupos delictivos y adicciones.
Una de las características más
importante de la juventud en Venezuela, especialmente en zonas de
vulnerabilidad, es la necesidad de generar vínculos y acciones que le
generen identidad y sentido de pertenencia.
Por tanto, el deporte representa
una gran herramienta para prevenir la violencia y el delito, porque a
través de él, se acrecienta la dignidad humana y se fortalecen las
sociedades en su conjunto.
El deporte es en el mundo una forma
esencial de expresión según la UNESCO, pues es una herramienta
importante en las sociedades para edificar la paz y sentar las bases de
un desarrollo sostenible.
Es por ello que resulta
necesario profundizar la activación a gran escala de mecanismos de
prevención social juvenil a través del deporte como factor fundamental,
ya que representa un estilo de vida y como tal, ayuda a moldear
conductas y establecer un mejor entorno y posibilidades basados en los
valores.
En Aragua organismos gubernamentales
como la Dirección Regional de Prevención del Delito, abarca los ámbitos
comunales, institucional y público para la prevención, teniendo como
línea estratégica el deporte, la recreación y la actividad física para
la salud en diversas escalas, los cuales son abordados mediante la
realización de festivales comunales, torneos de calle, formación de
voceros y promotores deportivos para el desarrollo de la masificación.
Según esta dependencia
gubernamental, la activación física y deportiva, esencialmente en niños y
jóvenes, ha mostrado ser una herramienta eficaz para contrarrestar
factores de riesgo, promover la salud física, mental y el bienestar en
las comunidades, escuelas y demás sectores públicos.
Así mismo, la Oficina Nacional
Antidrogas en Aragua ha encontrado en el deporte una manera estratégica
imprescindible para la prevención, especialmente con jóvenes.
Las actividades deportivas
periódicas, masivas y orientadas al bien común que se llevan a cabo en
espacios públicos y comunitarios, fomentan la solidaridad, cooperación y
la vigilancia informal de los mismos actores vecinales, evitando el
desarrollo de conductas antisociales y delictivas.
En muchas organizaciones gubernamentales
y no gubernamentales, existen programas exitosos, que muestran cómo el
deporte previene la violencia y el delito al tiempo de desarrollar
valores, cohesión comunitaria y desarrollo humano en los niños y
jóvenes.
Por ejemplo, el programa “El Olimpismo
va a la Escuela”, implementado por el Comité Olímpico Venezolano, el
cual busca mostrar como el deporte puede hacer que un individuo sea
mejor ciudadano mediante la combinación de la mente, el cuerpo y el
espíritu. Su principal objetivo es promover mejores relaciones entre los
niños y jóvenes para vivir en armonía y paz.
Dicho programa está dirigido a
niños y jóvenes en condición de vulnerabilidad, que utiliza el deporte
como herramienta, para dotarlos de habilidades para la vida y atenderlos
psicosocialmente.
Este programa también será llevado a las
comunidades, especialmente a los jóvenes en situación de calle y en
rehabilitación a los que les ofrece una oportunidad de desarrollo a
través del deporte y valores, con la finalidad de integrarlos a la
sociedad.
El deporte brinda salud, disciplina,
trabajo en equipo, valores, identidad, respeto a la diversidad y
convivencia armónica. Adicionalmente, si pensamos en el nivel
comunitario, el deporte contribuye a mantener los espacios públicos
ocupados, con vida y con dinámicas sociales sanas y de
convivencia familiar, siempre y cuando existan administradores y
promotores dentro de las comunidades, encargados de guiar a los menores
en la formación y desarrollo de las prácticas deportivas.
Y es que el deporte es solo un vértice
en el tema de la prevención del delito y la violencia. Por ello, la
importancia de ejecutar políticas deportivas en nuestro país, que sean
innovadoras y que busquen en el deporte una estrategia social que llegue
a rincones alejados y vulnerables, con el objetivo de mejorar la
calidad de vida y las condiciones en las que se encuentran los jóvenes.
Contar con centros de alto
rendimiento deportivo, especialmente en sitios de alta marginación y
vulnerabilidad delictiva, puede incluso resultar en un doble beneficio,
tanto para ese joven que está en situación de riesgo, con
familia disfuncionales y que posee sed de pertenencia e identidad, al
encontrar en el deporte esa razón de ser y de apego; como para el
sistema deportivo, el cual sin duda encontraría y desarrollaría talentos
de alto rendimiento y campeones en las diferentes disciplinas.
Andreína León
fotos| Ramón González
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