lunes, 4 de abril de 2016

Ganándole la partida a los antivalores

Ganándole la partida a los antivalores

Actualmente, en nuestro país diversos son los motivos que conllevan a que los jóvenes se involucren en actos de violencia, delitos y consumos de sustancias ilícitas. La falta de alternativas y oportunidades, aunado al difícil contexto en zonas de alta vulnerabilidad social y delictiva, han hecho que los jóvenes, cada vez en edades más tempranas, sean partícipes de conductas violentas, grupos delictivos y adicciones.



Una de las características más importante de la juventud en Venezuela, especialmente en zonas de vulnerabilidad, es la necesidad de generar vínculos y acciones que le generen identidad y sentido de pertenencia.
Por tanto, el deporte representa una gran herramienta para prevenir la violencia y el delito, porque a través de él, se acrecienta la dignidad humana y se fortalecen las sociedades en su conjunto.


El deporte es en el mundo una forma esencial de expresión según la UNESCO, pues es una herramienta importante en las sociedades para edificar la paz y sentar las bases de un desarrollo sostenible.

Es por ello que resulta necesario profundizar la activación a gran escala de mecanismos de prevención social juvenil a través del deporte como factor fundamental, ya que representa un estilo de vida y como tal, ayuda a moldear conductas y establecer un mejor entorno y posibilidades basados en los valores.

En Aragua organismos gubernamentales como la Dirección Regional de Prevención del Delito, abarca los ámbitos comunales, institucional y público para la prevención, teniendo como línea estratégica el deporte, la recreación y la actividad física para la salud en diversas escalas, los cuales son abordados mediante la realización de festivales comunales, torneos de calle, formación de voceros y promotores deportivos para el desarrollo de la masificación.

Según esta dependencia gubernamental, la activación física y deportiva, esencialmente en niños y jóvenes, ha mostrado ser una herramienta eficaz para contrarrestar factores de riesgo, promover la salud física, mental y el bienestar en las comunidades, escuelas y demás sectores públicos.

Así mismo, la Oficina Nacional Antidrogas en Aragua ha encontrado en el deporte una manera estratégica imprescindible para la prevención, especialmente con jóvenes.

Las actividades deportivas periódicas, masivas y orientadas al bien común que se llevan a cabo en espacios públicos y comunitarios, fomentan la solidaridad, cooperación y la vigilancia informal de los mismos actores vecinales, evitando el desarrollo de conductas antisociales y delictivas.

En muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, existen programas exitosos, que muestran cómo el deporte previene la violencia y el delito al tiempo de desarrollar valores, cohesión comunitaria y desarrollo humano en los niños y jóvenes.

Por ejemplo, el programa “El Olimpismo va a la Escuela”, implementado por el Comité Olímpico Venezolano, el cual busca mostrar como el deporte puede hacer que un individuo sea mejor ciudadano mediante la combinación de la mente, el cuerpo y el espíritu. Su principal objetivo es promover mejores relaciones entre los niños y jóvenes para vivir en armonía y paz.

Dicho programa está dirigido a niños y jóvenes en condición de vulnerabilidad, que utiliza el deporte como herramienta, para dotarlos de habilidades para la vida y atenderlos psicosocialmente.

Este programa también será llevado a las comunidades, especialmente a los jóvenes en situación de calle y en rehabilitación a los que les ofrece una oportunidad de desarrollo a través del deporte y valores, con la finalidad de integrarlos a la sociedad.

El deporte brinda salud, disciplina, trabajo en equipo, valores, identidad, respeto a la diversidad y convivencia armónica. Adicionalmente, si pensamos en el nivel comunitario, el deporte contribuye a mantener los espacios públicos ocupados, con vida y con dinámicas sociales sanas y de convivencia familiar, siempre y cuando existan administradores y promotores dentro de las comunidades, encargados de guiar a los menores en la formación y desarrollo de las prácticas deportivas.

Y es que el deporte es solo un vértice en el tema de la prevención del delito y la violencia. Por ello, la importancia de ejecutar políticas deportivas en nuestro país, que sean innovadoras y que busquen en el deporte una estrategia social que llegue a rincones alejados y vulnerables, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y las condiciones en las que se encuentran los jóvenes.

Contar con centros de alto rendimiento deportivo, especialmente en sitios de alta marginación y vulnerabilidad delictiva, puede incluso resultar en un doble beneficio, tanto para ese joven que está en situación de riesgo, con familia disfuncionales y que posee sed de pertenencia e identidad, al encontrar en el deporte esa razón de ser y de apego; como para el sistema deportivo, el cual sin duda encontraría y desarrollaría talentos de alto rendimiento y campeones en las diferentes disciplinas.

Andreína León
fotos| Ramón González

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